Por: Arturo Muskus Villalba.
"América Latina está siendo coaccionada en su opinión política general por potentados empresarios, quienes desde sus poderosas maquinarias mediáticas manipulan la información hacia sus intereses económicos".
“La libertad de expresar y difundir los propios pensamientos y opiniones es esencial para el “libre mercado de las ideas”, imprescindible en una sociedad democrática, participativa y pluralista. No existe democracia donde se acallen violentamente las ideas; no hay república pluralista donde se niegue la diversidad o se imponga la intolerancia; tampoco será posible la participación democrática y pluralista, cuando una concepción o credo oficial desde el poder restringe los derechos y libertades cuya protección corresponde precisamente a la autoridad (CP, art.2)”.
Corte Constitucional. Sentencia No. T-403/92.
Magistrado ponente: Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz.
Bogotá, junio 3 de 1992.
En América latina se pierde cada vez más la esencia participativa pluralista y democrática por la actividad mediática tendenciosa propiedad de los grandes potentados en un atentado social contra el libre pensamiento. Los magnates de América Latina controlan los más importantes servicios de cables, internet y comunicación, además de canales y programadoras de televisión y emisoras de radio en todas las bandas. Su poder no parece tener límites. El ochenta por ciento de las noticias originadas en América latina provienen de sus propiedades mediáticas por medio de sus tele y radionoticieros, contratando periodistas, presentadores y reporteros de pensamiento ideológico previamente castrados por ellos; o simplemente ávidos de incurrir en la desinformación sólo favorable a la conveniencia de su patrones, con la prestación de recibir un sueldo regular y optima estabilidad laboral, con la procacidad y la conciencia ante el atentado social en que con frecuencia están inmersos. En Colombia los propietarios de los medios son los monopolios de cerveza; monopolios de gaseosas y jugos, pozos de petróleo, son los propietarios de entidades financieras, los monopolios del cemento, telenovelas paradigmas de obscenidades reflejados en infidelidad, hampa organizada, concupiscencia, mafia y narcotráfico, y muchos más actos protervos para la sociedad. Poseen líneas aéreas y por supuesto monopolios de telecomunicaciones. Desde sus apartamentos y oficinas en Miami y Nueva York, al solaz de sus yates y jet súper equipados ejecutivos, los dueños de la vida, de la democracia y de la política nacional, afinan y trasmiten sus estrategias para el control total de situaciones rompiendo sueños sublimes y esperanzas de solución a injusticias de aquellos que sin privilegio alguno creen ilusamente en el estado de derecho. Sus actuaciones más protervas han sido la definición de presidencias, elección de congresistas y hasta altos tribunales de justicia para ejercer con seguridad todo tipo de plan conveniente a sus intereses, no importando incurrir en atentados sociales. Sus disgustos y desacuerdos se exteriorizan al público con paciencia y tolerancia, pero en la intimidad empresarial de suntuosas oficinas, al estilo de Zeus, con sus tiernas e impecables manos producen rayos y centellas, estremeciendo de pavor al desprevenido responsable de operaciones y hasta mandos medios, alineando y agilizando su proceder, forzando al óptimo resultado. Han eliminado candidaturas cuando las consideran desobedientes o de talantes contrarios a sus convicciones y necesidades. Claro, porque son los principales contribuyentes de las campañas políticas no solo en efectivo sino con el apoyo de sus medios adobando las noticia, la crónica y la entrevista a gusto del interesado. Pero la base de su accionar en la interferencia a la libre opinión es simplemente por el poder mediático, llamado el cuarto poder, por su acceso y mando directo a su propia empresa comunicacional, para blandear o fortalecer opiniones, razón para lo cual los adquirieron. Sus predilecciones se traducen en portadas de revistas y editoriales de prensa con lo más mordaz de las censuras y reconocimientos de conveniencia a toda indulgencia.
LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA (SIP)
Y SU ACCIONAR EN AMERICA LATINA
La Sociedad Interamericana de Prensa es una organización sin fines de lucro, dedicada a defender la libertad de expresión y de prensa en todas las Américas. Es una asociación de propietarios, editores y directores de diarios y agencias informativas de América. Los integrantes de SIP no necesariamente son periodistas y en su mayoría son empresarios y dueños de muchas acciones de los medios de comunicación que representan. Son voceros con voto en más de 1.300 diarios y revistas al igual que un sinnúmero de telenoticieros. Creada en 1943, en La Habana como resultado de la Comisión Permanente del II Congreso Panamericano de Periodistas en la Ciudad de México en 1942.
Tiene a su cargo el Instituto de Prensa de la SIP y el Fondo de Becas de la SIP. Otorga anualmente los Premios SIP, entregado no por la calidad insuperable de un trabajo periodístico, sino como estrategia letal para causar daño en los gobiernos que se le sublevan.
La SIP es criticada por muchos gremios de comunicadores sociales del continente americano y gobiernos antagónicos al criterio político de sus miembros, ya que según éstos, la SIP sólo representa los intereses de los grandes grupos económicos propietarios de los medios informativos y no parece tener en sus manos la defensa de los periodistas. La SIP posee una extrema relación pecaminosa con los partidos políticos de derecha en los dos hemisferios. Es por eso que al ser entrevistado el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, por el canal más polémico y criticado por su discurso desmesurado de virado total a la derecha, NTN24 (de propiedad del monopolizador de gaseosas y jugos más grande de América latina, el señor Carlos Ardila Lule, también propietario de RCN radio y RCN televisión y muchas empresas más), con la periodista Andrea Bernal, aseguró que la SIP no son arcángeles del cielo con poder absoluto de mención de la última palabra en los altercados sobre violación a la libertad de prensa por los gobiernos, puesto que sus miembros son precisamente los propietarios de esos mismos medios que tienden a imponer sus condiciones y conveniencias ante la opinión nacional con la consecuente animadversión a los gobiernos fustigados, todos de izquierda, y contra la defensa legitima del accionar de un gobierno libre, independiente y soberano.
EL PODER Y LA OPINIÓN LATINOAMERICANA.
Los 14 empresarios más ricos e influyentes de América Latina (la región de más concentración de la riqueza del mundo en la cual, el 20 por ciento de la población tiene el 80 por ciento del total de los ingresos), concentran una riqueza de 45 mil 600 millones de dólares y entre ellos se encuentran los mexicanos Carlos Slim Helú, dueño de Teléfonos de México; Emilio Azcárraga Jean, propietario de Televisa; Ricardo Salinas Pliego, poseedor de Televisión Azteca, y Lorenzo Zambrano, de Cemex.
En su más reciente número, la revista Punto-com publica el reportaje especial "Los Dueños de América Latina", que ocupa toda la edición, donde desglosa la trayectoria, el poder y la influencia de los 14 magnates, entre quienes están cuatro brasileños, dos venezolanos, tres argentinos, un colombiano y cuatro mexicanos.
Punto-com afirma que los hombres más ricos e influyentes fueron escogidos teniendo en cuenta la lista de los más ricos del mundo de Forbes y el grado de influencia política en cada país.
Los Cisneros propietarios de Venevisión, llevaron la Pepsi-Cola a Venezuela al final de los años treinta; los Santo Domingo vendieron las primeras gomas de mascar en Colombia y produjeron cerveza monopolizando totalmente la producción al poco tiempo; los Rocca pusieron las primeras siderúrgicas en Argentina; los Safra impusieron el uso de las primeras letras de cambio en Brasil; los Mendoza llevaron en un buque una fábrica de jabón a Venezuela; los Slim montaron las primeras tiendas de cachivaches libaneses de México. Estos son los propietarios actuales de los medios de América Latina, que castran la libre opinión y generan tendencia a todo lo que contraviene su desarrollo empresarial aunque produzcan atentados sociales. Pero no sólo estos potentados realizan la labor de acallar la libre información, pues existen otros con menos poder económico y mucho poder político, propietarios de medios que los anquilosan consolidadamente en los engranajes de sus respectivos países.
El caso de Globovisión en Venezuela no es nada particular, porque su propietario es el potentado monopolizador de importaciones, especialmente de vehículos y repuestos, que ha presentado más el delito de sedición en cada programa televisivo de atentados contra el gobierno, que el de realizar la libre información a la opinión política venezolana. Por supuesto esta aliado para tergiversar la información en Venezuela y el mundo de la izquierda con RCN, NTN24, CARACOL Y CNN EN ESPAÑOL y otras de igual talante con muy poderosos propietarios.
Igual sucede con Teleamazonas del Ecuador, cuyos propietarios son industriales ecuatorianos e inversionistas extranjeros asociados con un periódico de opinión derechista peruano llamado “La República”; así mismo cabe señalar que el Grupo “La República” es uno de los propietarios de América Televisión, la cadena televisiva líder de Perú y que posee los mismos vicios de desviación de la noticia para coaccionar la opinión política de los peruanos.
No podríamos dejar de mencionar a las cableras, por su igual actitud tendenciosa, soterrada e hipócrita, cuyos propietarios son los mismos de los canales y muchas veces de la radio y la misma prensa escrita. En Colombia ningún cable tiene en su menú canales de izquierda o de centro, siquiera para darle la oportunidad al televidente de observar la noticia bajo dos lupas políticas diferentes y así éste tomar una decisión más analizada, real, segura y menos coaccionada.
Los sistemas de televisión de DirecTV y SKY son servicios de difusión directa por satélite en vivo, que transmite de forma digital, incluidos canales de audio y radio por satélite a los televisores fijos de Estados Unidos y América Latina, siempre y cuando estén los clientes suscritos y que cuenten con un decodificador y una antena parabólica receptora. Telefónica Telecom de España y otras cableras también han omitido la transmisión de canales de opinión contraria a la voluntad y a la conveniencia de sus propietarios. En su cobertura en América latina dejaron por fuera de su menú a canales como Telesur, Venezolana de televisión, Cubavisión, etc. Aducen que censan poca o nula preferencia por los usuarios, no siendo así, siendo reemplazados por canales enlatados americanos de alto contenido de sexo y violencia truncando el derecho del público a la toma de decisiones una vez de dilucidar alternativas, y así mismo la libre participación y pluralismo político. Las ideas no se combaten con más nada diferente sino con otras ideas proyectadas en hechos que generan bienestar, armonía social y diluyen la lucha de clases.
Escrito por: Arturo Muskus Villalba.
Recomenación
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