lunes, 30 de mayo de 2011

DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y AL CESAR… “No rotundo a la intervención en política de las iglesias en Colombia”.

La verdad de Arturo Muskus V.
Por Arturo Muskus Villalba.

A todo el personal del canal católico TELEAMIGA y entidades eclesíasticas con acceso a los medios de comunicación en Colombia.



Preámbulo:  A pesar de esta presente... soy católico. 





Qué derecha tan recalcitrante  la suya Dr. Rafael Arango Rodríguez. Lo postulo al título del sucesor de Miguel Ángel Builes, Arzobispo de Santa Rosa. Se me hace inconcebible que  en un programa cristiano, de una programadora cristiana y católica como TELEAMIGA usted vomite ese odio desmesurado, haciendo rayar los cánones de la fe católica en lo viciado y escandaloso.  En primera instancia: no podemos promulgar y propugnar el accionar de la ley a todo rigor, apostando a la  iniquidad por unos simples documentos de Word.  Debo decirle para su información que en el computador de Raúl Reyes no se encontraron archivos comunicacionales de operadores de Correos por  internet; fueron simplemente archivos escritos donde es improbable determinar que son producto de una comunicación. Tengo que hacerle dilucidar que usted en este formato de Windows puede escribir cualquier cosa que su conciencia le hurgue; puede escribir todo lo que su odio emocionado y reprimido le ordene para sentirse bien, inclusive  detractando con su mano derecha al frente y dedo abajo, al estilo Calígula, contra los que pensamos que vendrá una paz lograda con equidad social, con pluralismo, con participación social, sin falsos positivos, sin chuzadas a la oposición, sin un clero irresponsable, ni iniquidades abominables  contra quien se revela de frente con argumentos pacifistas, única opción que nos queda después de 50 años de guerra continua. No podemos seguir condenando a la tortura a quien cree que existe otra forma de lograr la paz. 





Dios no castiga, Dr. Arango, me decía mi madre ante mis miedos de infancia, ni siquiera a los que condenan guiados por el odio y la revancha, sin la guía del raciocinio y la paridad en el análisis.  Los sacerdotes católicos, que son mis guías espirituales, nos enseñan el Dios bueno de la verdad, del perdón, de la humildad, el que no castiga, porque sabe de antemano nuestras debilidades e impurezas humanas, consideradas  para nuestra salvación.  Si fuera así: el Dios castigador tuviera en las llamas ardientes del infierno a los que con el veneno de la lengua, causan dolor y pena, accionar más letal muchas veces que el filo cortante de la daga lacerando nuestra humanidad. 





Auscultando su ideario también le refuto de frente su enrarecida condición mística y carismática, pero que al observar por dentro notamos la irresponsabilidad social que apunta a la insensatez  e indiferencia hacía la mujer de hoy. Se ha  ultrajado y obligado a la mujer permitiéndole soportar mitos inservibles y obsoletos en su preñez, que la denigran y le restriega en su cara una mácula lamentable de por vida;  o traer al mundo personas incapacitadas irreversiblemente que sufrirían una condena no merecida y aportarían más dolor. Estas circunstancias son evitables hoy día gracias a la nueva ley donde la CSJ de la patria sentó jurisprudencia al respecto; que en ningún momento conlleva abiertamente con el homicidio de un ser indefenso, que si fuera inevitable la interrupción de una vida, protegería así la  dignidad individual y la misma vida.  





Qué ideario tan patético y lo digo con uso de razón, porque usted no esgrime el discurso de aquel Jesús de Nazaret burlado, ultrajado con su corona de espina que ensangrentaba su frente, aún por haber dicho a Poncio Pilatos que su reino no era de este mundo. Usted esgrime el discurso y la apología a la sedición en la lucha hombre-política exclusivamente. Se lo expongo  abiertamente de frente y con cédula en mano con su doctorado. Por eso con uso de razón lo insto a  lanzarse al ruedo político, que seguramente ante el odio que genera la polarización actual del país, usted  tendrá sus seguidores. 





Usted es  Barrabas: nada espiritual pero sí político a toda estrategia encauzada únicamente a  liberar a la provincia de Judea de aquel imperio Romano.  La derecha que usted representa y que ha sido desacierto de la iglesia Católica en Colombia en nombre del creador, rompió  el pluralismo  y la igualdad desde principios del siglo 20, enturbiando el ambiente social de la época. ¡No le bastó semejante incendio de la patria hecha con la llama del antiliberalismo!  Esa condición que influyó en los miles de muertos de la guerra de los mil días, en el bogotazo y desordenes públicos post Gaitán.  Desde los púlpitos teñidos de azul, aun campea en medio del fresco ambiente de los templos católicos  de Colombia el odio y la revancha, que en este caso ante mí, usted representa. Queremos una iglesia tolerante, mas no incendiante, limpia de intervenciones políticas: "dad a Dios lo que es de Dios y al ...."





Con qué criterio  eclesiástico, Dr Arango, usted interviene en política tan abiertamente, en una programadora católica, donde  alevosa, artera,  descarada y rebeldemente se sumerge  en la crítica urticante y sin criterios jurídicos, desestimando la condición de su doctorado católico,  ¡Respete de una vez! Usted aprovecha  su  programa de formación católica no para  seguir el mandato discipular que una vez Jesús de Nazaret  le dio Pedro a las orillas del Tiberiades, sino para cambiar subrepticiamente una consciencia política a la teleaudiencia seguidora. Usa el nombre de Dios para imponer su discernimiento político. Usted apoya a aquellos colombianos de actitud desacertada ante Dios, afectados por la violencia, que de una forma u otra piensan y actúan tomando la injusticia como un arma letal de guerra contra los que pensamos diferente en su afán de destruir. Ese sentimiento mal sano de los Eunucos del ex presidente Álvaro Uribe Vélez y seguido por usted  se genera ante la soberbia e impotencia  de no haber exterminado a las FARC EP, el ELN, las BACRIM y contra los que creemos que  podemos parar la guerra sin un disparo  más y que en Colombia sí hay un conflicto armado, donde el ejercito  nacional y las guerrillas han  incurrido en actos de terrorismo, aderezado con las atrocidades en la barbarie total del paramilitarismo (en maridaje con nuestras Fuerzas Armadas), promovido y financiado por la defensa del capital, como el bastión constitucional de más estricto cumplimiento en Colombia,  pero impugnado en gran parte en su licitud por la actividad de narcotráfico y corrupción. 





NOTA: Espero me sepan perdonar con el mismo talante de Jesús de Nazaret, si creen que he sido indebido. No sobra decirles que jamás he tocado un arma, mucho menos  en nombre de una causa social, para atentar contra la vida de alguien que es imagen y semejanza del Creador. Menciono esta última expresión porque los que pensamos así, siempre somos considerados fuera de la legalidad como arma letal que hiere nuestra dignidad de colombianos honestos y laboriosos, los que tenemos el coraje de expresar lo que sentimos. 
Arturo Muskus Villalba. “Desde mi Exilio”  Caracas R B De Venezuela.